Hola a todos mis lectores, sí, lo se, me he ausentado, pero ha sido por buena causa, y quiero mostrarles cual es, así que les dejo aquí el discurso, con el cual, me presente la noche de ayer en un acto de oratoria, me prepare mucho para que salga bien, y bueno es por ello que quiero compartirlo con ustedes, espero les guste.
-Daniela.
La belleza es la inteligencia
La mayor parte de los presentes no me han de reconocer, puesto que mi trayectoria de vida, se empieza a dar
en torno el año 470 a.C, en Mileto, soy hija de Axioco y parte de una adinerada familia, ¿Mi nombre? Aspasia de Mileto, “la bella bienvenida”. Desde niña me
entusiasme por La lectura de grandes
filósofos como Pitágoras. Se que todos admiran mi belleza pero la belleza no es
tener un rostro hermoso sino una inteligencia pura y una persuasión creativa.
En una ocasión el arconte Sofrón me platico sobre las maravillas de Atenas, la libertad
con la que se podía vivir, y fue así como me convencí de mudarme a vivir a
aquella tan deslumbrante ciudad, que en ese entonces era el centro de atracción,
Paris. Ahí conocí a Pericles, la máxima autoridad política en Atenas, ¿De qué
fui amante? Si lo fui porque lo ame hasta convertirme en su esposa. En Atenas fui la hetaira más famosa del lugar y debido a mis dones
llegue a ser maestra de oratoria y logografía, ¿Pero de qué sirve tener un
conocimiento si no lo empleamos como influencia cultural y política? Pues bien,
todo esto me ayudó a estar siempre rodeada de grandes filósofos como Anaxágoras, Sócrates, Platón,
Aristófanes, Jenofonte, Plutarco y muchas
mujeres que siempre acudía a escucharme. Es placentero saber que
Sócrates y Platón me reconocen como su maestra, y que muchos conozcan de
mí ,la gran capacidad para organizar fiestas, como aquella que duro 9 días y 9
noches más de 3000 invitados con grandes atracciones; la presentación de
Dionisos, una fuente se 6 cañones, vino ,en fin toda una belleza, así como la
que estamos viviendo hoy ,una fiesta de ilustres pensadores y de grandes
exponentes esto si se llama belleza. No es de dudar, que la belleza intelectual es atrayente e influye en
las mentes de los demás, en sus decisiones y su pensamiento. Es por esto que
muchos rumoran mi influencia sobre Pericles, a pesar de que esto no era visto
con buenos ojos en aquel entonces, pues yo no era ateniense, sin embargo con él compartí tantos años de amor hasta su muerte.
Mucho se habló de mi influencia sobre él hasta llegar acusarme de ser la autora
de sus muchos discursos en especial el más famoso dentro de la historia d la
literatura griega: el Discurso Fúnebre, pero esta noche es de confesión, y sí
es verdad en repetidas ocasiones, el hacía lo que yo decía,
tanto que mi apoyo a la guerra fue decisivo, en
los enfrentamientos contra Samos y contra Megara. Pero no crean que mi
influencia solo fue política, pues mis obras en el ámbito de la medicina fueron
otro punto de partida para la mujer de ese siglo, pero nada cambió en la mente
de esa sociedad que no soportaba el hecho de que fuera una mujer el ser humano
capaz de lograr tanto…hicieron lo imposible hasta el punto de desaparecer mis
obras en la medicina, en la obstetricia y en la ginecología. Por lo antes expuesto fui ridiculizada por conservadores celosos de mi
poder, a tal punto que Areópago consideró una ofensa para los dioses el hecho
de tener un hijo con Pericles, dicen que por mi condición, ya que no era
ateniense, en fin, dicho milagro de ser madre se había convertido en tamaño
delito penado con la muerte.Por lo que tuve que comparecer ante un tribunal conformado por más de
mil quinientos ciudadanos en donde solo con la elocuencia y las lágrimas de mi amado
esposo pude lograr mi absolución del caso.De que enviudé 2 veces, sí, así lo quisieron los dioses y aunque me
aparté de la vida pública, no dejé de perpetuar mis conocimientos dando clases
a otras mujeres, dejando que la historia me reconozca como una mujer
inteligente, pero seductora, no os quiero cansar, pero si se preguntan sobre mi
muerte, no os explicare nada, vale decir
que mi belleza trascendió la piel y las castas, pues fue más allá de un cuerpo,
una mente brillante, una palabra impercedera. Al fin y al cabo esto es lo que dicen de mi, quienes conocen acerca de mi historia, o al menos eso creen, nunca
se puede saber mucho de alguien cuya mitad de vida es un misterio.